jueves, 5 de mayo de 2011

El bosque

El bosque era profundo y oscuro. El invierno estaba terminando y algunas flores habían empezado a nacer. Hacía viento. Un viento suave que no era el suficiente como para hacerme sentir frío. Un viento que me resultaba agradable después de pasar tanto tiempo encerrada en mi castillo. Los insectos curiosos revoloteaban a mí alrededor, preguntándose quién era yo y qué hacía allí. Me detuve por unos instantes y cerré los ojos. Escuché los murmullos de los árboles y las canciones que entonaba el viento. Era mágico y eso me hizo sonreír. El lobo golpeó con su hocico mi pierna suavemente, indicándome que tenía que seguir andando y así lo hice.

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