lunes, 29 de noviembre de 2010

Los árboles

Al lado de la puerta del castillo, había unos árboles antiguos y altos. Los árboles eran los que más sabían de todo el castillo. Ellos habían visto toda la historia que se había llevado a cabo en ese lugar. Ellos habían observado todos los acontecimientos y entendían perfectamente porque su habitante se escondía del mundo. Pero, aunque ellos querían contarle aquella razón al mundo, no podían. Carecían de voz para hacerlo. Así que, usaban el viento para comunicarse y hacían que sus hojas contaran secretos inconfesables. Hacían que sus ramas crujieran revelando verdades inexcrutables. Pero nadie les escuchaba, nadie les entendía. Y por eso, a pesar de que ellos lo intentaban, nadie conseguía saber el porque la joven se escondía dentro de su castillo.

7 comentarios:

  1. ¿Crees que algún dia esos árboles nos contará toda la historia? Estoy impaciente por saberla
    TQ y mucho

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  2. Algún día... quizá, aunque puede que ese día aún esté muy lejano.

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  3. Dichosos lo árboles capaces de susurrar con el viento... y qué gran verdad, normalmente nadie escucha nada, ni a nadie.

    PD. Eso, no te olvides de los mortales, que aunque me sitúe fija ante tamaños árboles, soy incapaz de descifrar los crujidos o traqueteos de las hojas... además, ahora que llega el invierno están dormidos.

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  4. Algún día os daré el código necesario para entenderlos. Pero sólo cuando ellos me den permiso.

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  5. ¿Quién no tiene secretos? puede que el susurro de los árboles fuera en su día una voz limpia y clara, de dialéctica sencilla, pura, cristalina, consecuente y verdadera. Atada a un pensamiento sin torceduras, mezclas ni maldades que narraba tal y como sentía las cosas. Puede que la verdad se cansara cierto día de no ser escuchada, de sufrir desaires o de ver cómo crecía la credulidad por la mentira y la apariencia. Y fuera que se inventara un lenguaje que sólo los que saben escuchar entendieran, un código basado en fragancias entre brisas y susurros nacidos de la madera más noble, y aquellos que nos empeñamos en mirar hacía la torre, no entendiéramos nada más que lo que se nos muestra: una doncella encerrada en una torre por vete a saber qué misterioso sortilegio.
    Yo espero que continúes y nos vayas mostrando poco a poco ese código que nos vuelva.

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  6. icsgreen me has dejado sin palabras. Como siempre me impresiona lo mucho que me conoces y la capacidad para expresar lo que estoy pensando. Estoy completamente segura de que tus conversaciones con los árboles serán largas y entretenidas.

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